Detector de mentiras para candidatos

Publicado por Marina Parisi, junio del 2021

¿Por qué votaron tan pocos?, me preguntaba. Los medios anunciaron más de seis millones de electores en las últimas elecciones del 15 y 16 de mayo. Mi impresión es que la cifra fue por lejos más baja. Decidí iniciar una mini encuesta de opinión entre conocidos y los no tanto para descubrir la verdad del asunto.

“Es que el chileno es flojo”, respondieron varios. Quizás el gran volumen de candidatos y papeletas desmotivó a unos cuantos, pero supe que muchos a última hora (incluida quien escribe) nos informamos a partir de diversas fuentes para imprimir el voto en forma responsable.

“Las cosas no van a cambiar”, aseveraron algunos con encendido pesimismo. Si es por eso Nelson Mandela no hubiera hecho nada. Sin embargo, superó sus propias expectativas logrando lo que parecía imposible.

Con sabiduría y estrategia trató de cambiar la visión de las personas alimentando el deseo de unir a 42 millones de sudafricanos divididos por el odio, la venganza y las diferencias raciales tras el fin del Apartheid. Lo consiguió nada menos que a través del deporte. La mejor prueba de ello fue cuando Sudáfrica se coronó campeón mundial de rugby en 1995.

Aquel día y los que siguieron todos en ese país celebraban y se abrazaban en las calles.

El presente siempre puede cambiar para mejor. Pero para ello se requiere de ciertos ingredientes que brillan por su ausencia en la escena política chilena y que están muy relacionados con la falta de confianza hacia los actuales líderes.

“El poder corrompe”, recitó la mayoría de los consultados. Absolutamente cierto, había llegado al meollo del problema.

Una medida preventiva podría ser aplicar detector de mentiras y test psicológicos a todos quienes postulan a cargos públicos. Así, se podría determinar el grado de honestidad, coherencia, probidad y competencias del interesado.

Si algunas grandes empresas realizan sendas evaluaciones psicológicas e incluso exámenes anti-drogas a fin de precisar el nivel de compatibilidad del postulante con el trabajo al que aspira, la medida cobra aún más sentido cuando se trata de candidatos que apuntan a desempeñarse en la esfera estatal por años.

Este requisito podría ser obligatorio para aspirantes a concejal, alcaldes, gobernadores, diputados, senadores, miembros del poder judicial, del Tribunal Constitucional y de ministerios incluido el Presidente de la República, entre otros.

Los constituyentes electos podrían discutir sobre este punto. Al menos crear un protocolo con condiciones de admisión para los interesados en la carrera pública, exigiendo un resultado favorable en el examen del polígrafo (detector de mentiras) como también en las demás pruebas psicológicas.

De esta forma, la ciudadanía tendría cierta garantía de que los candidatos cumplen con parámetros de integridad y rectitud. ¿Por qué no implementarlo?, la evidente desconfianza de la población lo amerita.